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¿Qué es la Homeopatía?

 

  • La homeopatía es un sistema terapéutico que trata enfermos y no enfermedades. Se basa en leyes naturales: Ley de Similitud y Ley de Curación. La experimentación de los medicamentos se hace sobre el hombre sano (patogenesia). Utiliza medicamentos altamente diluidos (dosis infinitesimales), de tal forma que sólo actúan a nivel energético sobre la Fuerza Vital poniendo en marcha los propios mecanismos de curación del enfermo. Es una medicina natural, sin efectos secundarios, que actúa sobre la totalidad de los síntomas psicológicos y físicos.

Principios Fundamentales

Energia Vital

La homeopatía adhiere a la filosofía vitalista, que sostiene que los fenómenos de la vida no pueden comprenderse totalmente en función de las leyes fisicoquímicas, sino que en los organismos vivos hay otro factor que desempeña un rol fundamental en la organización y control de los procesos vitales: este factor es la energía vital. Samuel Hahnemann se refiere a la energía vital como la fuerza que " dinámicamente anima el cuerpo material, (organismo), gobierna con poder ilimitado y conserva todas las partes del organismo en admirable y armoniosa operación vital"... Sin ella, continua, el organismo "es incapaz de sentir, de obrar, de conservarse a si mismo"... Todos los procesos que implican la permanente adaptación a la vida, están ordenados por la energía vital, de manera que tanto la salud como la enfermedad, son expresión de la actividad de esa energía y es a ese nivel donde opera la medicación homeopática.

 

Ley de los Semejantes

Este principio fue formulado por Samuel Hahnemann a partir de su genial observación respecto de la quinina. Se desarrolla así todo un sistema terapéutico en el que el remedio indicado para un enfermo es prescrito por similitud y no por antagonismo al cuadro clínico que se presenta. El principio de semejanza es absolutamente coherente con el concepto de energía vital. Esta energía es la reguladora de todos los procesos biológicos que posibilitan la existencia y su objetivo es la adaptación del ser vivo al medio ambiente de manera de mantener su integridad. Desde este punto de vista, todo lo que llamamos síntoma es también una expresión de la tarea realizada por la energía vital para sostener la vida, de manera que es a través de esos síntomas que podemos "ver" de qué forma está actuando la energía vital.

 

Si frenamos esas expresiones, estamos entorpeciendo esa tarea vital y seguramente acrecentamos la perturbación del organismo. Pero si logramos ayudar a la energía vital actuando en el mismo sentido en que ella lo hace, facilitaremos la recuperación del equilibrio. El medicamento homeopático tiene la capacidad de actuar en el mismo sentido de la energía vital. La investigación homeopática permitió conocer la capacidad de diferentes sustancias de producir síntomas característicos para cada una de ellas en el hombre sano similares a los síntomas de las enfermedades naturales y la genialidad de Hahnemann consistió justamente, en comprobar la posibilidad de curar con esas sustancias experimentadas. La prescripción del medicamento homeopático está basada en la semejanza entre el cuadro del paciente con el cuadro experimental producido por el class="current".

Medicamento Unico

La homeopatía, como fue concebida por  Hahnemann, es unicista, es decir utiliza un solo medicamento, nunca un grupo de ellos en una misma prescripción. La enfermedad es un desequilibrio energético que afecta a la totalidad del ser vivo. Puede ocurrir que este desequilibrio se exprese sobre todo en el plano mental o físico, o aun en un solo órgano, de acuerdo a la susceptibilidad de cada uno en ese momento, pero siempre y en todos los casos es la totalidad del ser la que está afectada. De esta manera, sería contradictorio con los principios básicos de la homeopatía dar un medicamento para cada síntoma como si cada uno de ellos expresara una forma independiente de perturbación Siguiendo los criterios de Hahnemann, la prescripción correcta apuntara a la totalidad, y a esa totalidad le corresponde en cada caso, un solo medicamento, llamado remedio constitucional o remedio de fondo, único capaz de curar.

Historia

La homeopatía fue creada por Samuel Hahnemann, uno de los grandes genios de la medicina, nacido en Prusia el 10 de Abril de 1755.

 

Hahnemann fue un medico consagrado al estudio y a la meditación, con profundos conocimientos de química, farmacia y toxicología. Fue un medico prestigioso que se decepciono de la terapéutica de su época y abandono el ejercicio de la medicina. Para poder vivir y sostener a su numerosa familia, se dedica a hacer traducciones dada su condición de poliglota.

 

Descubre la clave de la homeopatía traduciendo un libro donde se describía la intoxicación por quinina en obreros que manipulaban esa sustancia. Hahnemann sabía que la quinina mejoraba el paludismo.

 

Entonces relaciona ambas cosas, es decir que la quinina, que es capaz de combatir el paludismo, produce en casos de intoxicación un cuadro clínico que remeda justamente al paludismo. En otras palabras, la capacidad curativa de la quinina esta expresada en el cuadro tóxico que ella produce.


Hahnemann piensa entonces que esta observación podría hacerse extensiva a otras sustancias, y se lanza a experimentar en sí mismo, en amigos y familiares drogas tales como la belladona, mercurio, azufre, etc. Observa que la belladona produce un cuadro similar clínicamente a la escarlatina; que la pulsatilla produce un cuadro similar al sarampión, y empieza a ver la posibilidad de curar las enfermedades con sustancias capaces de reproducir la enfermedad natural. Comienza así por primera vez en la historia de la medicina, la experimentación en el ser humano.


Luego de seis años de investigar estos hechos, Hahnemann enuncia la Ley de los Semejantes: "Similla similibus curentur", ley insinuada en la antigüedad por Hipócrates y por Paracelso. Esta ley expresa el concepto básico de la Homeopatía que es la curación por el semejante.

Preguntas Frecuentes

 

P: ¿Quién fue Hahnemann?

R: Samuel Hahnemann nació en Meissen, Prusia, el 10 de abril de 1755. Decepcionado de la terapéutica de su época (sangrías, drásticos y medicinas complejas) en la que era peor el remedio que la enfermedad, abandona el ejercicio de la medicina. Para poder vivir y mantener a su numerosa familia, hace traducciones dada su condición de políglota. Descubre la clave de la homeopatía, traduciendo del inglés, un libro de medicina donde se describía la sintomatología producida por la intoxicación de la quina en los obreros que la manipulaban. Por otra parte Hahnemann sabía que los polvos de quina mejoraban el Paludismo. O sea: La quina produce un cuadro de síntomas semejantes al Paludismo y la quina es capaz de combatir el Paludismo. Piensa que esta observación podía extenderse a otras drogas o sustancias de la naturaleza. Experimenta con seres humanos durante seis años al cabo de los cuales enuncia la Ley de los Semejantes Similia Similibus Curentur, ley insinuada en la antigüedad por Hipócrates y Paracelso.

 

P: Los homeópatas ¿son médicos? ¿estudiaron? ¿dónde?

R: Los homeópatas son médicos graduados en la Facultad de Medicina. Siguieron luego, tres años de cursos especiales de homeopatía.

 

P: ¿Miran el ojo?… ¿dan muchos frasquitos?

R: La iriodiología y la homeopatía no tienen nada que ver entre sí. Generalmente, los pseudo-homeópatas [complejistas ó pluraristas] son los que utilizan el método de diagnóstico por el iris y prescriben una cantidad interminable de frasquitos con mezclas de remedios.
El pluralismo y el complejismo son distorsiones de la homeopatía, sin fundamento científico—como la alopatía—trata los síntomas, y no al enfermo, provocando supresiones (introyección de la enfermedad) con la consiguiente agravación del paciente.

 

P: La homeopatía, ¿emplea remedios para la obesidad?…

R: Este es el punto que mayor confusión presenta para el público mal informado. Se identifica al homeópata con el médico que se especializa en tratamientos para adelgazar. Nada más alejado de la realidad. En homeopatía no existen “remedios para la obesidad”.
Además, el homeópata se opone al empleo de anfetaminas, anorexígenos ó cualquier otra droga de las que se emplean para la obesidad.

 

P: ¿La homeopatía cura rápidamente? ¿Los tratamientos son largos?

R: El medicamento homeopático no cura. Se cura el enfermo, bajo el estimulo del remedio, el cual, pone en marcha los propios mecanismos de curación del paciente. De tal modo, un tratamiento durará meses ó años, de acuerdo con la propia naturaleza del enfermo. En cuadros agudos, como por ejemplo, neumonías o meningitis, el enfermo responde rápidamente al estímulo medicamentoso, curando en pocas horas.

 

P: Mi hijo tiene mucha fiebre ¿qué debo hacer?

R: La fiebre es sólo un síntoma de defensa que debe ser respetado. El remedio homeopático no actúa contra la fiebre, ni aún contra el germen o virus, sino sobre el terreno, exaltando las defensas que pondrán al organismo rápidamente en equilibrio, sin las penosas convalecencias que se observan en los tratamientos con antibióticos.

 

P: ¿Porqué es malo combatir la fiebre?

R: Hasta la creación de la aspirina a principios de siglo, la fiebre era considerada positiva para el enfermo. La fiebre combate bacterias. Así lo demuestran experimentos realizados en las universidades de Indiana y de Yale. Al aumentar la temperatura corporal, se incrementan hasta veinte veces los linfocitos T, glóbulos blancos que luchan contra la infección. También aumenta más de tres veces el interferón, que es un agente antiviral. La fiebre activa al pirógeno endógeno de la sangre, atacando a las bacterias, privándolas del hierro que necesitan para crecer y dividirse.
Si bien el paciente puede sentirse más cómodo al reducir su fiebre con aspirina, se interfiere un mecanismo natural de curación. La fiebre provocada por infecciones: gripes, anginas, neumonías, etc., nunca supera los 41 C. El riesgo de padecer convulsiones febriles es muy raro y sólo se da en niños muy pequeños. En su libro Cómo Criar un Hijo Sano, el Dr Robert. S. Mendelson escribió:
No existe evidencia de que los que padecen convulsiones febriles sufran como resultado, efectos posteriores graves.

 

P: ¿En la actualidad, en Argentina, qué opinan los médicos alópatas especialistas sobre la fiebre?

R: En el diario Clarín del día lunes 2 de marzo de 1998, página 56, el epidemiólogo Jorge Benetucci jefe de la sala de sida del hospital Muñiz, Carlos Warren de la Sociedad Argentina de Pediatría y Branco Mautner, jefe del Departamento de Medicina de la Fundación Favaloro, opinan favorablemente sobre la fiebre. Sostienen que:
Es un mecanismo de respuesta frente a una agresión, que impide la multiplicación del agente agresor. Agregan que la incapacidad del organismo de levantar temperatura es más grave que la fiebre, porque demuestra que el sistema inmune falla… La fiebre es un recurso de alarma… Bajo un estado febril se optimizan varios mecanismos inmunológicos… Pese a todos los miedos de las madres, esto es sólo una muestra de que las defensas del organismo están funcionando bien… En los chicos una fiebre alta o que sube con mucha velocidad, puede producir a veces convulsiones, esta reacción es común y desaparece una vez que la temperatura baja, sin dejar secuelas.

P: ¿Se pueden tratar niños y ancianos con homeopatía?

R: La homeopatía está indicada en todas las etapas de la vida. Aún en obstetricia presta gran ayuda: en las mujeres embarazadas se logra un estado de equilibrio que previene contra los inconvenientes propios del embarazo. Además, se logran partos más naturales y sin complicaciones.

 

P: Se puede curar el cáncer, la tuberculosis, el sida con homeopatía?

R: La homeopatía no trata enfermedades, sino enfermos. Por lo tanto, no hace estadística de enfermedades curadas. En general la incurabilidad estará dada por la vitalidad del enfermo y no por el diagnóstico de la enfermedad.

 

P: ¿Cómo puedo distinguir al verdadero homeópata del falso?

R: Homeópata no es solamente quien emplea remedios homeopáticos, sino quien tenga una visión integral y unitaria del enfermo, dirigiendo sus remedios a la persona enferma y no a la enfermedad, para poner en vigencia la ley de curación que regirá en todos los casos la conducta terapéutica.

 

P: ¿Porqué la homeopatía no está más difundida?

R: Existen varios factores, entre ellos, los intereses comerciales de la industria farmacéutica. Además, si bien la homeopatía está permitida, no está reconocida a nivel oficial. En 1967 se ofreció a la Facultad de Medicina dictar cursos para médicos graduados y hacer una experiencia en el Hospital de Clínicas, bajo la supervisión de profesores de la Facultad. La solicitud, expediente Nº33.388 nunca fue contestada. Paradójicamente, Argentina va a la vanguardia del movimiento homeopático mundial. En países como Brasil, México e Inglaterra no sólo tienen reconocimiento, sino además, apoyo por parte del estado, mediante hospitales y Facultades de Homeopatía.
Para ser homeópata se requiere de una larga formación y experiencia. La misma práctica se hace muchas veces difícil y demanda un verdadero esfuerzo del profesional. Esto hace que muchos médicos egresados de los cursos de homeopatía caigan finalmente en el eclecticismo de mezclar la homeopatía con la alopatía, o lo que es peor, practicar el pluralismo ó complejismo.

 

P: ¿Emplean los homeópatas remedios alopáticos alguna vez?

R: Sólo en forma excepcional. El homeópata nunca olvida el bienestar y las necesidades del paciente.
Ante un cólico renal, por ejemplo, que trae aparejado dolores muy intensos, y frente a la ausencia de síntomas indicadores de un remedio homeopático, no vacila en administrar un calmante alopático. Pero son mucho más frecuentes los casos en los que el dolor cede casi al instante de la toma del medicamento homeopático. Es conocida por todos, la fama que tiene la homeopatía de calmar los dolores de un enfermo de cáncer. La homeopatía no es una panacea: es un sistema filosófico-terapéutico, con un gran campo de acción.

 

P: ¿Puedo tomar aspirinas o digestivos si me encuentro bajo tratamiento homeopático?

R: No. Debe permitirse que el medicamento homeopático pueda actuar libremente, sin interferencia de específicos. Sin embargo, existen excepciones: el paciente que asiste a la consulta, tratado hasta ese momento con ciertos medicamentos alopáticos, no deberá suspenderlos bruscamente, como es el caso de los corticoides.

 

Generalidades de la Homeoptaía

 

¿En qué consiste la homeopatía?

La homeopatía es una rama de las Ciencias Médicas. Tiene una orientación esencialmente terapéutica basada fundamentalmente en el llamado Principio de Similitud. Este último sostiene que una sustancia capaz de producir determinados síntomas en un individuo sano, es también capaz de curar esos mismos síntomas en un enfermo. Sus principios fundamentales fueron establecidos por primera vez por el médico e investigador alemán Samuel Hahnemann a fines del siglo XVIII, luego de 16 años de metódicas experimentaciones.

 

¿Qué origen tienen los medicamentos homeopáticos?

Estos provienen de extractos vegetales como la Belladonna , la Pulsatilla o el Lycopodium; de sustancias minerales como el Fósforo, el Mercurio o el Carbonato de Calcio; de sustancias de origen animal como la abeja y la cantárida y por último, de algunas sustancias químicas de síntesis. Existe además un gran número de los llamados medicamentos bioterápicos, preparados de cultivos microbianos, que se utilizan frecuentemente como complemento del tratamiento. 
El Ministerio de Salud Francés reconoce la existencia de 1063 medicamentos homeopáticos.

 

¿Poseen los medicamentos homeopáticos toxicidad o efectos adversos y colaterales?

Además del Principio de Similitud, el otro gran descubrimiento del método homeopático consiste en que estas sustancias originariamente tóxicas, cuando son administradas en dosis infinitamente pequeñas pierden toda su potencial toxicidad, aunque paradójicamente conservan su poder farmacológico y su acción biológica. 
Los medicamentos son preparados según un extenso y particular procedimiento de dilución y sucusión que permite asegurar la inexistencia de moléculas de la sustancia original (por ejemplo, del fósforo) en las dosis habitualmente empleadas. Por esta razón, una de las enormes ventajas del tratamiento con medicamentos homeopáticos reside en que estos carecen completamente de toxicidad o de efectos adversos y colaterales, lo que permite emplearlos en niños, ancianos o embarazadas con total seguridad. 
Puede ocurrir al iniciar un tratamiento homeopático que los síntomas que tiene el enfermo se intensifiquen. Este fenómeno, conocido como agravación homeopática, cuando sucede se manifiesta dentro de los primeros 10 días de tratamiento. Es generalmente leve y breve. Indica que el medicamento es el correcto y es seguido de mejoría clínica y sintomática del paciente. La frecuencia de esta agravación transitoria de los síntomas es variable y depende de la forma en que son prescriptos los medicamentos homeopáticos.

 

¿Cómo actúan los medicamentos homeopáticos?

Los conocimientos actuales de la Física y la Química no permiten todavía explicar con certeza la intimidad de este curioso fenómeno. Numerosas experimentaciones científicas confirman en forma irrefutable la acción biológica de los medicamentos homeopáticos en seres vivos y el cumplimiento del principio de similitud. Por otro lado, hay suficientes evidencias como para aceptar que el proceso de dilución deja en el solvente que se utiliza para la misma (habitualmente alcohol etílico en agua destilada al 70%) una alteración determinada de sus moléculas que es característica para cada una de las sustancias originales.

 

Algo así como una llave y su cerradura o como fue hace unos años bautizado un experimento por la prensa internacional, la "memoria del agua". Se cree que esta alteración especial que producen en el solvente las moléculas del medicamento podría de alguna manera trasmitirse a las moléculas de agua de los seres vivos a los cuales se les administra, desarrollándose así su acción biológica y terapéutica. 
En definitiva, sí es comprobable que el medicamento produce un estímulo en el mismo sentido que aquel que produce la enfermedad generando una reacción curativa más intensa, acelerada y eficaz de la que normalmente existe.

 

¿Qué diferencias hay entre el tratamiento homeopático y el alopático?

Estas diferencias surgen en parte de lo dicho anteriormente. El tratamiento alopático intenta por medio de drogas de acción química y en mayor o menor medida tóxica, "suprimir" los síntomas y manifestaciones patológicas por medio del llamado Principio de los Contrarios. De allí por ejemplo la utilización de laxantes en la constipación y antidiarreicos en la diarrea. Esta "supresión" de manifestaciones deja habitualmente intactos el origen y causa de las mismas. Por ello fracasa en el tratamiento de la mayoría de las afecciones crónicas, en las que sólo se logra alivio o paliación mientras dura el tratamiento. 

 

Por el contrario, el tratamiento homeopático no busca suprimir manifestaciones patológicas sino que tiene como propósito estimular la reacción inmunológica y curativa espontánea. De aquí que el tratamiento homeopático sea verdaderamente natural y resulte realmente eficaz para curar enfermedades agudas y crónicas y no solamente aliviarlas. Cuando la enfermedad es incurable, el tratamiento homeopático es capaz también de aliviar al enfermo pero en una forma más suave y de alguna manera más saludable. 

 

Otra gran diferencia entre el tratamiento alopático y homeopático reside en que el primero, por su naturaleza tiende a fragmentar al individuo enfermo en órganos y aparatos, no tomando en consideración el conjunto y sobre todo a la persona enferma debido a que en dicha forma terapéutica, la elección del medicamento está basada casi exclusivamente en el diagnóstico clínico. Ello determina que el paciente no se sienta muchas veces realmente atendido y comprendido en su totalidad. 

 

Si bien el viejo aforismo "no hay enfermedades sino enfermos" resulta parcial, la realidad muestra que una misma enfermedad se presenta en diferentes sujetos de varias formas de acuerdo a sus características individuales y a su constitución física y psíquica. Es además bien sabido que conflictos profundos o situaciones emocionalmente traumáticas son capaces de desencadenar enfermedades, muchas veces graves e incurables. La investigación de todas las características individuales de las manifestaciones patológicas y de todos los rasgos de la constitución y personalidad del enfermo y de los posibles desencadenantes emocionales de su enfermedad actual forman parte de la esencia del método homeopático. Es el conjunto de toda esta información lo que en definitiva determina la elección de un medicamento. Así, una misma afección puede ser tratada con distintos medicamentos según cómo se presente en cada individuo en particular y un mismo medicamento puede resultar útil en afecciones diferentes. 

 

Resulta de esto que el paciente sea realmente atendido y comprendido en su totalidad. Además, el tratamiento homeopático al estimular una reacción curativa general y restablecer el equilibrio del sujeto, no sólo produce alivio de las manifestaciones patológicas concretas sino que promueve una sensación subjetiva de bienestar e inclusive es capaz de resolver alteraciones emocionales a veces profundas como la depresión, la ansiedad o los temores y los trastornos conductuales de los niños.

 

¿El médico homeópata examina al enfermo, solicita análisis, radiografías y hace diagnóstico clínico?

Hay que comprender que tanto la alopatía como la homeopatía son dos modalidades terapéuticas y que todo el resto de las Ciencias Médicas ( la Patología , la Cirugía , la Clínica , la Pediatría , la Obstetricia , etc.) no son privativas ni de la una ni de la otra. El médico homeópata tiene la misma obligación profesional y ética de todo médico de recurrir a un minucioso interrogatorio y examen físico del enfermo y a solicitar todos los análisis y estudios radiológicos que sean pertinentes para arribar a un correcto diagnóstico clínico. Un buen diagnóstico permite establecer un pronóstico y determinar cuál es el tipo de tratamiento más adecuado en cada caso. 

 

Existe dentro de la Homeopatía una corriente minoritaria de pensamiento, excesivamente psicologista, que sostiene que toda enfermedad es consecuencia de un trastorno emocional previo. Estos homeópatas sólo se ocupan de los síntomas psíquicos de sus pacientes menospreciando todo lo orgánico y en general no examinan al enfermo. El riesgo que entraña esta postura es el de no establecer a tiempo el diagnóstico de enfermedades graves y su tratamiento más adecuado.

 

 

¿Se oponen los médicos homeópatas al uso de vitaminas o minerales?

No todo lo que no es Homeopatía es Alopatía. El espectro de la medicación alopática está limitado en general a aquellos medicamentos conocidos como "anti": antialérgicos, antiespasmódicos, antinflamatorios, etc. 

 

En ese sentido, la utilización de vitaminas o minerales e inclusive de algunas hormonas en situaciones especiales no resulta homeopático ni alopático. Son simplemente elementos fisiológicos que actúan reponiendo o suplementando un déficit del organismo y resultan perfectamente compatibles con el tratamiento homeopático. Lo mismo ocurre con la utilización de sueros por vía endovenosa, transfusiones, etc.

 

¿Son incompatibles el tratamiento homeopático y el alopático?

Existe la creencia de que si se combinan ambos tipos de tratamiento podrían producirse en el enfermo efectos nocivos. Esto no es así. Puede ocurrir que la medicación alopática enmascare los síntomas naturales del enfermo y la enfermedad, lo que puede dificultar el hallazgo del medicamento homeopático correcto. Además, algunas medicaciones alopáticas podrían anular parcial o totalmente el efecto terapéutico de los medicamentos homeopáticos. 

 

Pero por otro lado, hay situaciones en las que resulta imposible suspender la medicación alopática que el paciente ya estaba recibiendo e inclusive es necesario ocasionalmente complementar el tratamiento homeopático con algún medicamento alopático. 

 

Es importante que los pacientes que inician un tratamiento homeopático sepan que no deben suspender abruptamente los medicamentos de otro tipo que estaban recibiendo sin adecuado control médico ya que esto podría ocasionarles trastornos a veces importantes. La medicación alopática debe ser interrumpida gradualmente y de acuerdo con un esquema adaptado a cada situación individual y siempre que esto sea médicamente posible.

 

¿Cuál es el campo de acción de la homeopatía?

Este es mucho más amplio de lo que el público en general cree. Resulta difícil acotarlo con precisión pero puede afirmarse que se extiende a las patologías habituales de todos los órganos y aparatos, agudas y crónicas, a un gran número de enfermedades graves, a trastornos emocionales y de conducta, problemas psicosomáticos e inclusive varias enfermedades psiquiátricas. El límite es aquel de la reversibilidad de las lesiones. No es posible curar aquello que ya es irreversible, aunque aun en estos casos es posible brindar alivio efectivo al enfermo. Frente al límite de lo incurable, el tratamiento homeopático puede usarse con criterio puramente paliativo. Muchas veces nos sorprende el hecho de que algo que se creía irreversible e incurable se descubre que no lo era luego de comenzar el tratamiento.

 

¿Se oponen los médicos homeópatas a la cirugía?

En absoluto. Esto ha sido y sigue siendo una falsa creencia. Aunque es justo decir que en numerosas de situaciones en las que el tratamiento convencional indicado es la cirugía resulta que un tratamiento homeopático puede evitarla y resolver el problema. Un caso típico de esto son las otitis a repetición del niño. El excelente resultado terapéutico en esta patología es el motivo más frecuente por el cual las familias francesas se vuelcan al tratamiento homeopático según una encuesta oficial hecha en ese país.

¿Con qué se confunde la homeopatía?

Mucha gente relaciona erróneamente la homeopatía con otras prácticas no convencionales con las que en sentido estricto no tiene ninguna relación. Sin abrir juicio sobre ellas, la Homeopatía no tiene ningún punto de contacto con la Acupuntura , el Naturismo, la Herboristería (tratamiento con hierbas medicinales), el Iridodiagnóstico (diagnóstico de enfermedades a través de la observación de alteraciones en el iris), la Quiropraxia o los Florarles de Bach. 

 

Existen técnicas relacionadas de alguna manera con la Homeopatía pero que desvirtúan en mayor o menor medida la esencia de la misma, como son la Medicina Antroposófica y el llamado Complejismo. Este último, consiste en administrar medicamentos homeopáticos pero mezclados entre sí y en un número que puede alcanzar los 60 u 80 simultáneamente. 

 

Además, malintencionadamente se pretende llamar tratamiento homeopático a la utilización de preparados magistrales que invariablemente contienen anorexígenos (anfetaminas), sedantes, laxantes, diuréticos y hormonas para el tratamiento de la obesidad. Estas recetas son fáciles de reconocer ya que contienen una lista de sustancias químicas difícilmente legibles o en nombre clave que son preparadas en forma de comprimidos o cápsulas grandes. 

 

En el verdadero tratamiento homeopático el medicamento es habitualmente único (de allí el término de "homeopatía unicista"). Tiene un nombre claro en latín de la sustancia de origen. No es una combinación de diferentes sustancias o medicamentos y se administra en forma de pequeños glóbulos, tabletas de azúcar o en polvo de lactosa impregnados con la dilución del medicamento o en gotas.

¿Cuánto dura un tratamiento homeopático?

Esto depende de las características de la afección, de su gravedad y antigüedad, de la buena vitalidad del enfermo y de los tratamientos previos que haya efectuado. Como es natural, la respuesta suele ser mejor en niños y en pacientes vírgenes de tratamientos previos. De cualquier forma, hay que tener el concepto de que el tratamiento no produce un efecto paliativo mientras es administrado sino que genera una reacción curativa tanto más lenta cuanto más tórpida, crónica y grave sea la evolución de la enfermedad.

 

Por ejemplo, en una enfermedad como el asma bronquial suele obtenerse mejoría sustancial entre 1 y 3 meses luego de comenzado el tratamiento pero la curación exige proseguirlo 1 ó 2 años. En una enfermedad aguda como una gripe o una angina, la respuesta ya es observable en un plazo de 6 a 24 horas.

¿Cuánto cuesta un tratamiento homeopático?

El costo de los medicamentos es tradicionalmente bajo, mucho menor que el de sus "equivalentes" alopáticos. Las consultas médicas cuestan en general lo mismo que una consulta clínica y debe considerarse que el tiempo que el médico homeópata dedica a sus pacientes es sustancialmente mayor.

 

Por otro lado, se produce un considerable ahorro por la no utilización o abandono de la medicación alopática. 

 

Estudios publicados por los organismos de Seguridad Social en Francia han mostrado que el costo promedio de ser tratado por un médico homeópata en Francia es casi la mitad que aquel de un tratamiento por un médico alópata y que los medicamentos prescriptos para una determinada condición y un determinado resultado son entre un 30 y un 80% menos costosos que las drogas alopáticas para la misma condición y el mismo resultado(1).

¿Existen especialistas homeópatas?

Recordemos que la Homeopatía es fundamentalmente una técnica terapéutica y como tal, puede ser aplicada en cualquier especialidad de la medicina. En Argentina no existen tantos especialistas que apliquen el tratamiento homeopático como en otros lugares del mundo pero su número está en constante aumento. 

 

Por otro lado, las características intrínsecas de la Homeopatía que obligan a considerar al enfermo en su totalidad, convierten al médico homeópata en la figura hoy perdida del médico de familia con posibilidades para resolver la mayor parte de las situaciones médicas que se presenta en la práctica general teniendo la necesidad de recurrir a los especialistas para un número menor de problemas.

¿Por qué no está reconocida la homeopatía?

Esta es una situación propia de la Argentina. En países como Francia, España, Inglaterra, Alemania, México, Brasil se enseña homeopatía como especialidad en Facultades oficiales de Medicina. En estas naciones existen hospitales públicos donde es utilizado el tratamiento homeopático. 

 

La fabricación y comercialización de los medicamento homeopáticos se encuentran adecuadamente legisladas y reglamentadas, entre otros países en los Estados Unidos, toda la Comunidad Económica Europea, Méjico y Brasil. En ellos los medicamentos homeopáticos gozan del status de formar parte integral de las Farmacopeas oficiales. Una comisión del Parlamento Europeo ha trabajado para armonizar las diferentes técnicas de producción de los medicamentos homeopáticos en Europa(2). 

 

La situación en nuestro país está cambiando lentamente. Por un lado el hecho de que la prestigiosa Universidad Maimónides haya incorporado la homeopatía marca un fenomenal avance hacia el futuro. Existe el antecedente de los cursos de farmacia homeopática que se llevan o han llevado a cabo en las Universidades de Buenos Aires, Belgrano y Kennedy.

La homeopatía, ¿es científica?

La Homeopatía es esencialmente experimental y científica desde su origen. Prueba de ello son las numerosas publicaciones dedicadas al tema, entre las que se destacan la revista británica "Homeopathy" y "L'Homeopathie Europenne". 

 

La homeopatía es de hecho la primera disciplina experimental y la primera farmacología de la historia de la medicina. 

 

Es también notable el incremento de publicaciones de ensayos clínicos en prestigiosas y tradicionales revistas médicas, como "The Lancet", "The British Medical Journal", "Pediatrics", "The British Journal of Clinical Pharmacology", "European Journal of Pharmacology" y "Human Toxicology". Es imposible publicar en estas revistas un trabajo que no siga una metodología científica extremadamente rigurosa. 

 

Una revisión y metanálisis de 186 ensayos clínicos homeopáticos publicado recientemente concluye que "los efectos clínicos de la Homeopatía no son enteramente explicables por la hipótesis del llamado efecto placebo"(3) , corroborando así por el método científico la acción de los medicamentos homeopáticos.

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